En la adversidad, debo reconocer nuestro potencial.
En mi experiencia apoyando en el desarrollo personal y profesionalmente, he sido testigo de cómo la incertidumbre y cambios inesperados en la vida, rodea a las personas; mostrándome la capacidad que tenemos para adaptarnos y tomar acción ante estos desafíos, marcando la diferencia en nuestro camino hacia el logro de nuestras metas y objetivos, cumpliendo con nuestros propósitos y haciendo realidad nuestra visión.
Los vientos inesperados a que nos enfrentamos en nuestra travesía por la vida, en algunos momentos nos desvían de nuestro rumbo, pero nuestros sueños, propósito-visión, se convierte en una brújula, que nos ayuda a mantenernos firmes ante tormentas inesperadas, que resultan desafiantes, PERO, son una oportunidad para aprender y hacer los ajustes a nuestras velas sin perder el rumbo.
«El futuro no está escrito en piedra; somos los arquitectos de nuestra propia realidad.» Charles Handy
¿Qué podemos hacer?
Las “velas” son nuestra clave, lo que debo hacer es ajustarlas, por lo que debemos ser flexibles y adaptables, lo que nos lleva a identificar estrategias que nos permitan llegar a nuestros puertos, objetivos. Para ello te propongo:
Ser un conocedor consciente de su ambiente, pues es nuestra realidad y el cambio es la llave y evitarnos dolor y la frustración de actuar sin conocerla. El no ser consciente nos nubla a la hora de analizar nuestra situación, no siendo objetivos y no vemos las implicaciones que tendría en nuestra vida.
Validemos nuestras metas y objetivos, pues no están escritos en piedra, es nuestra decisión mantenerlos o hacer cambios. Los nuevos escenarios o situaciones no previstas nos deben llevar a que validemos y tomemos las acciones adecuadas, para llevarnos a cumplir con nuestros propósitos y lograr nuestra visión.
Inventariar nuestras fortalezas, nuestro potencial, si, que habilidades y recursos dispongo hoy que me permiten generar valor; así como aquello que puedo desarrollar y me permitirán en el futuro generar más valor. Lo que nos lleva enfocarnos en utilizar al máximo nuestras fortalezas, así como no perder de vista nuestro potencial, a fin de alimentarlo y se conviertan en fortalezas activas para nuevas oportunidades.
Ampliar nuestra red de apoyo, no de contactos, sino de apoyo, es decir aquellos que se puedan comprometer en darme soporte con mis metas y objetivos y puedan ser bisagras con los recursos que necesite y nos brinden ánimo e inspiración para mantenernos navegando en mis tormentas.
Considerar a nuestras debilidades como oportunidades de mejora, si, porque ahora no nos generan valor y perdemos oportunidades; pero al trabajarlas, estas se convierten en fortalezas y tenemos más oportunidades en donde ante no nos era posible actuar.
Nuestra actitud positiva debe ser inflamable, parte de nuestras creencias debe ser que es posible superar cualquier obstáculo, creemos en nosotros, en nuestro potencial de generar valor y si no lo sabemos, lo podemos aprender o pedir apoyo a nuestra red para avanzar.
Debemos ser persistentes, sin ser testarudos, ya que navegamos por aguas tormentosas y requerimos mantener el rumbo, ya que nada nos debe distraer; nuestra persistencia es la fuerza y energía que nos empujara a superar cualquier obstáculo que se nos pueda presentar y son grandes oportunidades para mostrar nuestras habilidades.
Reconocer y celebrar nuestros logros, grandes y pequeños, pues cada paso que damos es un avance hacia nuestras metas, por lo que al reconocerlos nos da la tranquilidad de que estamos en el camino y el rumbo es correcto, aun cuando hayamos hecho ajustes en nuestras velas para obtenerlos.
«No puedes dirigir el viento, pero puedes ajustar las velas.» Charles Handy
Recordemos
Siempre estaremos expuestos a situaciones imprevistas y hasta incontrolables; seremos como un barco de vela con vientos encontrados; aun cuando no podemos cambiar las circunstancias externas, nuestra actitud y enfoque nos permitirá aprovechar las fuerzas de esos vientos para que nuestras velas nos mantengan el rumbo. No tenemos control sobre las tormentas, pero sí sobre cómo ajustamos nuestras velas.
¿Qué vas a hacer ahora con tus velas? Las vas a mantener estáticas…
«El éxito no se trata solo de lograr metas, sino de encontrar significado en lo que hacemos.» Charles Handy
