El poder y la autoridad están estrechamente relacionados, pero existen diferencias importantes que determinan por qué, en ciertos contextos, tener autoridad puede ser más beneficioso que tener poder. Si queremos tener:
Legitimidad y aceptación:
- Recordemos que la autoridad está basada en el reconocimiento social o institucional, lo que nos otorga una mayor legitimidad a la hora de tomar decisiones y acciones. Las personas usualmente tienden a obedecer a figuras de autoridad por respeto a la posición que ocupan, incluso si no están de acuerdo con las órdenes.
- El poder, en cambio, se basa en la capacidad de influir, yo diría más en controlar a otros, a menudo a través de la coerción o la fuerza. Esto puede generar resentimiento y resistencia, dificultando la colaboración y el logro de objetivos comunes. No se puede mantener por siempre.
Sostenibilidad y confianza:
- El obtener la autoridad, pasa por la legitimidad, tiende a ser más sostenible en el tiempo. Las personas se sientes más cómodas de seguir a líderes que consideran justos y competentes, incluso en momentos de cambio o dificultad.
- En cuanto al poder, es más frágil y volátil. Depende de la capacidad continua de ejercer control (miedo) sobre los demás, lo que puede erosionarse con el tiempo o ante desafíos externos. Es decir, hasta perder el miedo.
Efectividad y resultados:
- Cuando se ejerce de manera responsable y ética la autoridad, esta puede conducir a una mayor efectividad y por supuesto a mejores resultados. Las personas motivadas por el respeto y la confianza hacia sus líderes son más propensas a comprometerse y trabajar en equipo para alcanzar objetivos comunes. Se esfuerzan por agregar un mayor valor de contribución.
- Sin la debida legitimidad o ética, el poder, llega a generar resultados a corto plazo, pero a menudo a expensas de la moral, la creatividad y la innovación a largo plazo. Se crea un clima del látigo y la zanahoria.
Impacto social y ético:
- Usar la autoridad de manera responsable, lleva a tener un impacto social positivo. Los líderes con autoridad inspiran, motivan y empoderan a otros para contribuir al bien común. Saca a relucir desde lo más profundo de su ser todo aquello que es bueno que tienen las persona.
- Cuando no hay un control ético del poder, lo conduce al abuso, a la desigualdad e injusticia. La historia está plagada de ejemplos de líderes que han utilizado su poder para beneficio personal o para oprimir a otros. ¿Dónde están ahora? ¿Cuál es su legado?
Conclusión:
- La autoridad, debe basarse en la legitimidad, la confianza y la ética, puede ser una herramienta poderosa para el liderazgo efectivo, la colaboración y el logro de objetivos comunes.
- El poder, sin los candados adecuados, llega a ser fugaz, generar resentimiento y conducir a consecuencias negativas tanto para individuos como para sociedades.
El poder y la autoridad no son excluyentes, combinarlos de manera responsable y ética permiten obtener metas. La clave está en ejercer el poder con legitimidad, transparencia y rendición de cuentas, buscando siempre el bienestar de las personas y el bien común.
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